Me gusta pensar que, en algún momento del día, cuando miro al cielo, tú también lo haces y nos encontramos en algún lugar entre las nubes...

Para ti

¿Casualidad o destino?
¿Suerte o predisposición?

Lo que sé es que te cruzaste en mi camino. De una forma u otra, sin explicación. Tocaste mi alma, si es que aún me queda, con tus dedos. Cambiaste radicalmente la percepción que tenía de mi vida. Nunca me gustaron los cambios, pero siempre puede haber sitio para una excepción.

Tampoco sé qué viste en mí, aunque lo cierto es que no me importa; yo ví un mundo por explorar, que me llamaba a visitar cada uno de sus rincones hasta aprenderlo casi de memoria para que mi sueño nunca se perdiera. Los sueños, a veces, es lo único que nos queda.

Hay muchas cosas que no sé. Por eso, quise seguir conociéndote. Adentrándome, arriesgándome. Y, para mi sorpresa, lo que descubrí fue solo el principio. Desde entonces, solo quiero más. Pero sin saciarme, ya que quien es saciado, se detiene. Por eso quiero poder seguir degustando, saboreando cada parte de ti...

Tal vez sea esto lo único que, verdaderamente, sé. Déjame seguir probándote... pruébame.

Año nuevo

Otro año más que pasa, vivo, siento, disfruto, sufro, deseo que acabe y a la vez lo temo...

Los extremos siempre han marcado mi vida. Y eso que dicen que en el punto medio está la virtud.

Ahora estoy en el extremo nostálgico. Echo de menos muchas cosas, muchos momentos... a algunas personas también. Pero supongo que, como todo recuerdo, estaré exagerando.

O eso quiero pensar...